El Primer Ministro albanés: ¿un político “Made in Europe”?

Aurenc Bebja, Traducido por Aino Lehtonen
4 Mai 2016



Un líder político “Made in Europe” sería una persona que favorece la democracia participativa, esté abierto al debate popular y político, no tenga miedo de los desafíos y respete sus adversarios, basándose en sus derechos y sin olvidar sus deberes. Este líder controla sus salidas públicas y estima el impacto de sus actos así que él de sus palabras. ¿Podría el actual primer ministro albanés, Edi Rama, ser este líder?


Edi Rama y Martin Schulz, el presidente del Parlamento europeo, el 9 de diciembre de 2014. Crédito Unión Europea 2014 – Parlamento europeo (licencia CC BY-NC-ND 2.0).
Edi Rama y Martin Schulz, el presidente del Parlamento europeo, el 9 de diciembre de 2014. Crédito Unión Europea 2014 – Parlamento europeo (licencia CC BY-NC-ND 2.0).
Edi Rama llegó al poder en septiembre 2013, después de una gran victoria en las elecciones legislativas, gracias al “juego” de las coaliciones políticas y a una necesidad de renovación en el gobierno tras ocho años de la derecha al poder. Excelente orador y artista en su tiempo libre, algunos le ven como un político moderno, visionario y occidental. Para otros permanece un modelo de la “vieja escuela política albanesa”, teniendo en mente el proverbio “hagan lo que yo digo, no lo que hago”.

Reglas establecidas para no ser respetadas

Reelegido jefe del Partido Socialista en 2009, todavía hoy ocupa este puesto. Su partido político prevé en teoría que se organicen elecciones cada cuatro años para elegir su líder, pero ninguna elección tuvo lugar después de su última reelección. Edi Rama permanece el jefe del partido, a pesar de que su único y potencial rival, Ben Blushi, exige sin cesar la convocatoria de nuevas elecciones. En cambio, sus colaboradores cercanos, quizás en total estado de negación, siempre le encuentren una excusa, como: “Ya que Rama ganó las elecciones legislativas, se le considera como jefe del partido automáticamente elegido”. Sin embargo, Ben Blushi no dejó de recordarle que incluso el dictador Enver Hoxha (40 años al poder) había organizado elecciones cada tres años en el seno del partido. 

Los políticos pueden gobernar sin necesidad de ser jefes del partido. Los franceses son un buen ejemplo: François Hollande y Manuel Valls, ambos miembros del Partido Socialista, dirigen el país sin la necesidad de dirigir el partido. ¿Sería tan inviable para el Primer ministro albanés ver otra persona dirigir “su” partido político? ¿Podemos hablar de un “visionario” si impide los principios de la democracia, es decir el derecho a expresarse o a elegir – a ser elegido? ¿Qué mensaje envía a los miembros de su partido y a los ciudadanos? ¿Vendrá un día de elecciones para elegir el jefe de P.S. después de siete años pasados sin elecciones? ¿Van a ser expulsados los rivales potenciales?

Lecciones sobre el euroescepticismo demasiado repetitivas con un tono moralizante

En el mes de junio 2014 Albania se convirtió en país candidato a la adhesión a la Unión Europea cuando la UE le asignó un expediente constituido de sus objetivos por alcanzar. Entre los objetivos figuran particularmente la lucha contra la corrupción y una reforma judiciaria. 

Durante múltiples encuentros, programas de TV, radio o simposios sobre las políticas, el Primer ministro albanés ha dado lecciones sobre la ampliación de la Unión Europea. Eso por su parte ha dado tonos que no son lejos de ser moralizantes al euroescepticismo de los partidos políticos extremistas de la UE. 

Es verdad que algunos líderes de estos partidos no desean una ampliación de la UE. Pero una cosa sigue siendo cierta: Albania no se convertirá en miembro de la Unión mientras que su clase política continúe a criticar la política europea, y más aún si no alcanza los objetivos que se le han fijado. 

Mensaje contradictorio: Nacionalismo VS Unión Europea

El nacionalismo es “una gallina de los huevos de oro” para los jefes políticos, pero sigue siendo peligroso en cuanto al futuro de los pueblos. La frase siguiente (abajo), pronunciado por el Primer ministro albanés en abril 2015, había hecho derramar ríos de tinta en los Balcanes y en el seno de la Unión Europea, poniendo en entredicho su visión de Europa: “si la UE continúa a cerrarle la puerta a Kosovo, los dos países albaneses estarán obligados a formar una unión clásica”. 

Esta declaración había sembrado la duda sobre su línea política, que hasta entonces se había mostrado pro-europea. Este “pseudopatriotismo” en cuanto a la “Gran Albania” solamente ha servido para los fines políticos del Primer ministro – es decir, aumentar su popularidad. En cambio, ha recibido duras críticas por parte de la Comisión Europea. La institución declaró este punto de vista provocante, inaceptable y contrario a la visión europea del político “Made in Europe”.

Parece que Albania aún no ha encontrado a su líder “Made in Europe” que siga la línea política clara, popular y europea. ¿Cuánto tiempo más esperará, teniendo en cuenta que el país se compromete a ser miembro de la Unión Europea? 

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