Khan, estudiante, padre de familia y refugiado

Adrien Carton, Traducido por Maria Alejandra Paixão
2 Février 2016



Khan (el nombre fue modificado para respetar su anonimato), originario de Jost en Afganistán, se encuentra en un hospital de la ciudad francesa de Calais, a unos 7500 kilómetros de su casa. Llegó con una pierna rota, después de haberse caído al intentar subirse a un tren que lo llevaría a Inglaterra. Ahora que Europa busca una manera de controlar el inmenso flujo de migrantes, ellos siguen arriesgando sus vidas para llegar a Europa y pasar a Inglaterra. Khan, manteniéndose en el anonimato, aceptó compartir su travesía, sinsabores y esperanzas. Entrevista.


Khan, estudiante, padre de familia y refugiado
Ni sonido, ni imágenes, fotos o grabaciones. Esta era la única condición para obtener una entrevista. Para Khan, guardar el anonimato equivale a proteger a su familia, su mujer y sus dos hijos, pero también su propia vida. Afganistán está lejos de pacificarse, como le explicaba hace poco Georges Lefeuvre a la agencia de prensa Sputnik. El país se está matando para combatir a la vez a los talibanes y al Estado Islámico, obligando a muchos afganos a abandonar el país.

Tú decidiste salir del país y atravesar toda Europa para llegar hasta aquí. ¿Podrías explicarnos por qué te fuiste, y cuál fue el elemento decisivo que te impulsó a irte?

Decidí irme de mi país por la situación política. La situación actual en Afganistán no es buena, y desde hace varios años no lo ha estado. No quiero explicar claramente por qué me fui, pero tenía problemas. No era seguro para mí quedarme allá, mi vida corría peligro. Solo mi vida, y no la del resto de mi familia, por lo que no tenía otra opción sino irme. No necesito dinero, y no estoy aquí para hacer negocios. No le voy a pedir a alguien que me preste dinero o cualquier otra cosa, así aprecie la ayuda aquí en el hospital. No creo que haya un país en el cual hubiera recibido más ayuda que aquí en Francia.

Sin embargo, te quieres ir a Inglaterra y no quedarte en Francia.

Si tuviera la posibilidad, me quedaría aquí, pero el proceso de solicitud de asilo es muy largo. Me tomaría un mínimo de seis meses antes de obtener los papeles. Irme a Inglaterra también es más fácil porque hablo el idioma. Así piense poder aprender a hablar francés en seis meses, será más fácil para mí en Inglaterra, sobre todo para que mi familia pueda venir.

¿Cómo describirías la vida actualmente en Afganistán? ¿Cómo era tu día a día?

La situación en Afganistán es muy complicada. Ojo, yo adoro Afganistán, es mi país y adoraba la vida que tenía allá. Tuve la suerte de crecer en una familia de clase media, por lo que vivía bien antes de tener problemas. Tenía una casa grande, un terreno grande, un buen carro, era estudiante de medicina. Manejaba un Toyota que había comprado por 7000 dólares. Obviamente, no todo era perfecto, pero no me hubiera ido si no hubiera sido forzado.

La situación en Afganistán cambió radicalmente en el 2001 después de la intervención de la coalición internacional. ¿Consideras que los países occidentales los abandonaron, que les deben algo?

Para ser completamente honesto, no me gusta la presencia de los Estados Unidos en nuestro suelo. La situación era complicada antes de su intervención, pero ha muerto gente y hoy en día más gente sigue muriendo por culpa de ellos. Creo que a nadie le gustaría ver a su país controlado por otro. Es un sentimiento natural, cualquiera puede entender eso. De cierta forma, los estadounidenses son responsables de todo lo que está pasando. Entraron en conflicto con el gobierno, con los Talibanes… ¿Por qué? El país ahora está bajo presión. Creo que es mejor que las próximas generaciones de afganos se vayan.

¿Puedes explicarnos cómo llegaste aquí, cómo fue tu viaje? ¿Hay un instante en el que te hayas dicho que no valdría la pena?

Mi viaje es una larga historia. Mucha gente se va de Afganistán, y yo sabía a quién pagarle para llegar hasta aquí. Hay muchos traficantes que organizan el viaje hasta Europa. Pagué entre 6000 y 7000 dólares por el viaje, todo estaba organizado. No estaba realmente preocupado, sabía que llegaría sano y salvo a Europa. Me fui de Afganistán en la parte de atrás de un camión con otras siete personas. Rodamos hasta Turquía, donde cambiamos de camión y nos dirigimos directamente hacia Italia.

No conversamos mucho durante el viaje, y al llegar a Milán, cada uno se fue por su lado. Enseguida, me compré un tiquete de tren a París, y me vine en un bus Eurolines desde París a Calais. El momento en que pensé que no valdría la pena fue cuando me caí, cuando me fracturé la pierna. Fue el peor momento de mi vida. Afortunadamente la policía y la seguridad estaban ahí, ellos llamaron a una ambulancia y así fue como llegué aquí.

Arabia Saudita afirma que desde el 2011, dejó entrar a cerca de 500 000 refugiados sirios. Los países del Golfo son mayoritariamente más ricos y geográficamente más cercanos. ¿Por qué decidiste venir a Europa en lugar de los Emiratos, Qatar u otro lado?

Escogí venir a Europa porque los países árabes no dan visas de larga estadía. Pueden sacarme de su país cuando bien lo quieran, no tengo ninguna garantía de poder quedarme. Las reglas son diferentes allá y aquí, venir a Europa era más fácil para mí.

¿Nos puedes explicar cómo preparaste tu salida? ¿Planificaste esto con tu familia?

Tengo una familia grande, tengo cinco hermanos y dos hermanas. Dos de mis hermanos viven fuera, pero el resto de nosotros vivimos con mi madre. Así es en Afganistán, es la regla. Nosotros respetamos mucho a nuestros padres, porque son las personas que nos dieron la vida, y debemos cuidarlos. También tengo dos hijos, mi esposa estaba embarazada cuando me fui. Todo esto lo tomé en cuenta, sin lugar a dudas, pero tomé mi decisión por cuenta propia y luego les hablé de eso. Ellos entienden que mi vida corría peligro y que no tenía otra opción sino irme. Estuvieron de acuerdo en que era la mejor cosa que podía hacer.

¿Con qué frecuencia tienes noticias de tu familia?

Tengo noticias dos a tres veces por mes, y solo por Facebook o por teléfono. Internet no siempre funciona bien donde vive mi familia, no tienen mucho acceso. Llegando a Calais, fui a la “Jungle” [La Jungla, campamento creado por los refugiados] y me compré una tarjeta SIM en uno de los almacenes. Hay personas que venden tarjetas de 3 GB por 10 euros.

¿Ya le has mentido o le has escondido una parte de la verdad a tu familia sobre tu situación aquí o durante tu viaje?

Sí, tuve que mentirles. No quería que mi familia, mi madre o mi esposa, se preocuparan por mí. No les dije que estaba en el hospital. Cuando hablo con ellos, les digo que estoy intentando pasar a Inglaterra como sea posible. Mi madre y mi esposa no soportarían la verdad, así que prefiero esconderla para protegerlas. Mi esposa dio a luz a mi hija hace unos veinte días, cuando yo ya estaba en el hospital, entonces no dije nada.

Los habitantes de Calais no siempre están contentos con la presencia de inmigrantes en su ciudad. Hay incluso un grupo que se creó para protestar, llamado Sauvons Calais (Salvemos a Calais). ¿Entiendes su sentimiento? ¿Crees que hay necesidad de salvar a Calais?

Sólo me quedé dos días en la Jungla de Calais, no sabía que había tanta gente aquí. Me sorprendí al llegar y ver a tanta gente. Creo que las personas tienen derecho a estar enfadadas. No todos los extranjeros tienen un comportamiento irreprochable, y esto crea problemas en la ciudad. No he tenido problemas aquí, y no he tenido problemas con nadie. Las personas me cuidan muy bien aquí en el hospital. Yo realmente pienso que el 75% de las personas me entenderían si supieran lo que yo he vivido, porque he tenido que abandonar mi país, con todos los problemas que sobrelleva. Los franceses son más bien acogedores para con los extranjeros, o es lo que siento yo en todo caso. He oído decir que los ingleses son un poco más tolerantes.

¿Cómo es la vida en la Jungla?

No me quedé mucho tiempo, pero es increíble. La asociación Salam ayuda con la organización del campamento y lo provee con tiendas y cosas de comer. Las personas que están allá están todas bajo presión, luchan todos los días para sobrevivir, todo el mundo está atrapado aquí… Hay personas mentalmente muertas. Pero también hay almacenes y restaurantes, te digo que me compré una tarjeta SIM en un almacén de la Jungla. Hay incluso un restaurante afgano, donde se cocina como en nuestro país. La comida afgana me hace mucha falta, he perdido 12 kilos desde que llegué aquí. Nosotros le echamos aceite a todo en Afganistán.

Culinariamente hablando, ¿qué otra cosa te hace falta?

El pan. Nosotros tenemos una forma particular de cocinar el pan, me encanta. Hacemos un gran hueco en el piso, el cual solidificamos con barro seco. Ponemos pequeños pedazos de madera para prender un fuego, lo que crea un horno natural. Se calienta muy rápidamente. Enseguida, ponemos la masa en el hueco y la trabajamos con bastones grandes. Es natural y delicioso, no dudes en probarlo si algún día tienes la oportunidad.

¿Cómo ves el futuro? ¿Tienes un plan a mediano o largo plazo?

Apenas salga [del hospital], voy a tratar de irme de nuevo a Inglaterra. Escuché por la BBC que los ingleses se estaban preguntando si deberían aceptar a las personas atrapadas en Calais. Yo quiero vivir en Inglaterra. Lo que voy a hacer aún es incierto. Si pudiera seguir con mis estudios, estaría bien. Quiero que mi esposa y mis hijos vengan a Inglaterra, no quiero una novia, no quiero engañar a mi esposa. Fuera de eso, no tengo un plan exacto, ya veré.

Puede que parezca un poco fútil, pero ¿puedes compartirnos uno de tus sueños?

¿Mi sueño? En Afganistán, mi sueño era ser doctor. Estudiaba para eso. Pero ahora, solo quiero poder instalarme. Mi sueño, es no vivir escondido. Sólo quiero una vida normal con mi familia. Quiero estar en seguridad, por eso estoy aquí. Creo en la suerte. Tú puedes intentar todo lo que quieras, pero nunca tendrás más que tu suerte.

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