Estados Unidos: comida rapida en huelga

Antoine Boyet, traducido por Amélie Rastoin
18 Septembre 2013


Miles de empleados de cadenas de comida rápida como McDonald’s, Wendy’s y Burger King se declararon en huelga el 29 de agosto pasado, en unas sesenta ciudades estadounidenses. Reclamaron el alza de los salarios y también el derecho a sindicarse. Se resume este “food strike” que quizás no sea tan “fast”.


Creditos foto -- AFP
Centenas de manifestantes se reunieron desde la madrugada, no detrás de una freidora, sino en las calles de Manhattan, en el 29 de agosto de 2013. Se cantaron y se gritaron las simples reivindicaciones de los empleados de las mayores cadenas de comida rápida de EEUU: sueldos más altos y el derecho a afiliarse a un sindicato. Las manifestaciones que habían empezado en noviembre en Nueva York con 200 huelguistas se propagaron en todo el país. El movimiento no sólo ocurrió  en la “Big Apple”, el mismo día, los organizadores anunciaron que la protesta contra los “pequeños salarios” también se había difundido hasta Los Ángeles, Chicago, Charlotte y numerosas ciudades de Estados Unidos. Se puede elegir la opción “para llevar” en los Estados Unidos para comer tanto como para manifestar.
 
Los huelguistas quieren el derecho a sindicarse, pero también exigen un salario mínimo de 15 dólares por hora, es decir un poco más del doble del salario mínimo actual fijado sólo a 7,25 dólares, el tarifa vigente en la mayoría de los restaurantes del país. El salario mediano de los empleados en los restaurantes de comida rápida – industria de más de 200.000 millones de dólares – es 18.500 dólares por año. Este salario es muy debajo de la línea de pobreza, que se valora a 23.000 dólares para cada familia de cuatro personas. Para los empleados a jornada completa, con un salario de 15 dólares por hora, tendrían un ingreso total de 31.000 dólares por año. O sea más del doble del salario mínimo federal que numerosos empleados de la comida rápida obtienen.

Mientras el movimiento de huelgas sucede, miembros del Congreso y numerosos economistas piden a la Casa Blanca que se revalúe el salario mínimo federal, según CBS Detroit. Dicha remuneración mínima se ha quedado bloqueada desde 2009. El problema es que la mayoría de las propuestas de alza no alcanzan el importe que piden los trabajadores. Barack Obama sólo quiere aumentar el salario mínimo hasta 9 dólares por hora, mientras que si el salario mínimo hubiera evolucionado al mismo tiempo que la inflación o que la evolución de la media de los salarios por los 50 años pasados, él sería más o menos de 10 dólares por hora, recientemente destacó Mark Brittman en un editorial publicado en el New York Times.
 
En declaraciones relatadas por La Presse, la cadena McDonald’s había expuesto – en previas manifestaciones de julio pasado – que los contratos de los empleados dependen totalmente de las franquicias, que manejan más del 80% de los restaurantes McDonald’s en el mundo. Según la cadena, la mano de obra “recibe salarios competitivos y [los empleados] pueden acceder a un serie de ventajas con respecto a sus necesidades personales”. Si alguien sea responsable de la situación, no es la sede de la empresa multinacional y Ronald no es el payaso malo aquí. Una lástima para los millones de empleados de McDonald’s y de otras cadenas de comida rápida.         

Por su lado, según la National Restaurant Association – que representa más de 380.000 restaurantes en el país – los salarios bajos se justifican por la juventud y falta de experiencia profesional de la mayoría de los trabajadores en el sector de la comida rápida. El problema es que en realidad el salario mínimo de 7,25 dólares por hora ya no se aplica sólo a los jóvenes. Según el Los Ángeles Times, la industria de la comida rápida empleaba en mayoría jóvenes que querían hacer dinero rápido durante sus estudios, hasta la media de los años 2000. Hoy, los trabajadores son mayores y necesitan trabajar para vivir y alimentar a las familias. Una analista del Economic Policies Institute señala que la edad media de los trabajadores que perciben el salario mínimo, es actualmente de 35 años, y que el 88 % de los empleados de los restaurantes de comida rápida tienen 20 años o más.   
 
Qué ironía, al mismo tiempo los miembros del Employment Policies Institute, un think tank  de Washington, produjeron un anuncio a toda página en el Wall Street Journal que representa un robot preparando cosas como crepes. Declara que los restaurantes tienen que reducir los costes de servicio para mantener precios bajos, y que los robots constituyen la opción ideal para solucionar el problema de los salarios demasiado altos de 7, 25 dólares por ora. Así en la industria de la comida rápida estadounidense, los salarios de los empleados no dejan de quedarse bajos por el momento.