Fin Del Dorado de los OGM en Perú

13 Février 2013


Perú pasó en diciembre una ley que establece un moratorio de diez años sobre la importación y la cultura de organismos genéticamente modificados (OGM). Una decisión que separa los países de América latina en dos campos.


Moray, Vallée sacrée, Pérou
Un año después de la aprobación de la ley, el decreto de aplicación fue aprobado en diciembre en consejo de ministros: el país prohibió oficialmente los OGM del territorio. Esta decisión fue una de las primeras adoptadas por el presidente Ollanta Humala, líder de una coalición de izquierda, elegido en junio de 2011. Según sondeos de opinión, la población apoya esta oposición; además, en todo el país, los habitantes crearon « zonas sin OGM ». La ley impone un moratorio sobre la importación y la cultura de organismos vivos modificados (OVM) de diez años. Solo un bemol: son excluidos de la prohibición las culturas con fines científicos, los que son destinados a los productos farmacéuticos, y los OGM y sus derivados importados (para la alimentación humana y de los animales).

Perú se vuelve la antítesis de Argentina y de Brasil, dos gigantes del sector de las plantas modificadas genéticamente que producen y exportan de manera masiva los OGM (particularmente para la alimentación de los animales de ganadería en Europa). Además, Brasil aumentó de nuevo el año pasado la superficie de esas culturas, según la agencia de consejo en agroalimentario Céleres. 

Los non-alineados

El país hace parte de una comunidad de países, de los cuales podemos encontrar Ecuador y Bolivia, que tienen un gobierno de izquierda que critican abiertamente los Estados Unidos, de donde provienen mayoritariamente las semillas OGM como las de Monsanto. Estos dos países aun lo inscribieron en su constitución. Kenia anunció recientemente su ambición de dejar la importación de OGM, demostrando que África puede también ser capaz de decir « no » a las empresas norteamericanas.

En Francia, las culturas de OGM destinadas a la comercialización son prohibidas (es decir las que son destinadas a la alimentación humana). La ley francesa sigue una directiva europea de 2001 que prohíbe la cultura de plantas transgénicas cerca de otras culturas para evitar la contaminación. Pero los OGM están presentes en la mayoría de los productos transformados (non biológicos), en la composición de los alimentos o en la alimentación de los animales. 

Greenpeace Francia publica cada año una lista de la mayoría de los productos disponibles en supermercados, clasificándoles en categoría (los que contienen OGM y los que no). Fue en Francia, el año pasado, que el Profesor Gilles Eric Seralini publicó un estudio sobre la toxicidad de las plantas transgénicas, que encontró eco en Perú y en el resto del mundo. Antes, otros científicos en el mundo publicaron sus investigaciones sobre los posibles efectos negativos de los OGM sobre la salud humana, denunciando especialmente los protocolos de test de toxicidad antes de la autorización de comercialización. ¡Esos test son en efecto efectuados por las empresas mismas!

El gobierno peruano así decidió oponerse a los OGM para un periodo de diez años, dejando la puerta abierta para una revisión de la ley en 2021. Entonces, la solución adoptada por sus vecinos, de inscribir esa prohibición en la constitución, podría ser una mejor garantía de prohibición de los OGM.



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