Grexit: ¿hacia una salida del euro?

La rédaction, corresponsal del Journal International en Atenas, traducido por Carla Ortuño Güendell
22 Juillet 2015


Tras las manifestaciones de los funcionarios y sindicatos griegos la semana pasada, miles de personas se reunieron en la plaza Syntagma en Atenas para manifestar su apoyo a Alexis Tsipras. Dicha movilización, nacida en las redes sociales, hace un llamamiento a los Europeos para que sean mas solidarios y abandonen las medidas de austeridad. Análisis de un país en crisis.


Una pancarta izada frente al Parlamento griego – Crédito: Amélia Viguier
El tríptico “Stop austerity, support Greece, change Europe” que adorna la plaza del Parlamento, representa la esperanza de los griegos en víspera de las nuevas discusiones entre la Unión Europea (UE) y el gobierno. La población no considera la ejecución de nuevas medidas de austeridad ya que están en plena crisis. El PIB del país y la tasa de desempleo han caído un 25%, si lo comparamos con el comienzo de las crisis en el 2009. Esta tasa alcanzó el 50% entre los jóvenes. La pauperización de la sociedad griega es tan grave que el acceso a la atención médica es hoy en día un privilegio de edad.

Crísis sanitaria, resultado de la crisis económica

Ante los pocos recursos de los mayores, algunas farmacias piden a la gente adulta que paguen los medicamentos ya que temen que éstos ya no estén asegurados. La gente adulta, junto con los niños y niñas, son las primeras víctimas de la falta de recursos en los hospitales. Estos últimos suelen establecer prioridades: en especial el hecho de que ya no vacunan a los niños y niñas, ni tampoco envían ambulancias si se trata de pacientes de la tercera edad. Esperanza o idealismo, los manifestantes quieren recordarle a los europeos que detrás de esas cifras de la deuda hay hombres y mujeres, una población que no aguantará otra caída su nivel de vida.

“Ya no tenemos tiempo para jugar” dijo recientemente Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. Hoy más que nunca, es necesario llegar a un acuerdo para que el gobierno griego pueda reembolsar una parte de su deuda de aquí al 30 de Junio. De lo contrario, Grecia podría llegar a encontrarse en una situación inédita en la Unión Europea: el no pagar sus deudas conllevaría a que ésta salga de la zona euro. Este grotesco incidente de los últimos días parece cada vez más probable para una gran parte de la población griega.

¿Hacia una Grexit?

Es una solución que se creía improbable por sus consecuencias económicas y simbólicas en la Unión Europea. Algunos griegos consideran hoy en día que los líderes europeos no entienden, o no quieren entender, la situación actual del país. Mientras que se consideren reformas sobre las jubilaciones anticipadas, no se aceptará alterar los bajos montos de las pensiones ni aumentar el precio de la electricidad. La entrada en vigor de estas reformas afectaría principalmente a la clase media y a los más pobres. Estos se verán obligados a privarse de calefacción en invierno y a tener que pagar facturas de electricidad que ya son muy caras por estar combinadas con los impuestos comunales.

La falta de claridad de sus reformas y negociaciones exasperan a la población que percibe entre la multitud de actores y la falta de solidaridad, un interés poco notorio por la UE, en mantener a Grecia dentro del euro. Según María, la Unión Europea hubiese podido promover un plan de recuperación económica de tipo keynesiano para ayudar a la economía griega. “Los acreedores y la Unión Europea están cansados de las discusiones sobre la crisis griega. Quieren terminarlas y hacer que Grecia sea un ejemplo para los otros países en dificultades dentro la Unión, los PIIGS.”

“Si no hay un compromiso honesto, volveremos a decir un rotundo no” Alexis Tsipras

Para esta joven treintañera, titular de maestrías en derecho y economía, buscar trabajo en el extranjero es quizás una solución para la juventud griega. Pero no es la suya: “Yo pienso quedarme en Grecia y luchar junto a la población griega por un mejor futuro.” Es por su voluntad y su lucha, por su rechazo al compromiso “injusto” que la población apoya al Primer ministro. Más allá de los intereses políticos, económicos y sociales, este entusiasmo por la firmeza de Alexis Tsipras, pone en evidencia un punto esencial en las negociaciones que no se toma mucho en cuenta por los europeos: la dignidad.

Mediando entre los acreedores y los miembros de su coalición, Tsipras tiene para sus jóvenes, el coraje de defender el interés de la población. Una población dividida que, aunque no desee salir de la Unión Europea ni del euro, parece hacerse la idea de una “Grexit”. Decepcionada por la intransigencia de las instituciones financieras y europeas, esta población aún cree en la UE pero sobretodo en Grecia y en su capacidad de resistencia, sin importar lo que pase el próximo 30 de junio.