Portugal: evaluación de la situación

Carolina Duarte de Jesus, traducido por Aino Lehtonen
13 Septembre 2015


Portugal se considera como ”el buen alumno” de la austeridad. Es uno de los países europeos que más ha sufrido con estas medidas, pero que se ha sometido a ellas sin más protestas populares. ¿Cuál es la situación, verdaderamente?


Crédito: Carolina Duarte de Jesus
En 2011, eran numerosas las manifestaciones en contra la llegada de la Troika. Cuatro años más tarde, son cada vez más escasas y agrupan cada vez menos gente. Pedro Passos Coelho, el Primer Ministro actual, se muestra muy satisfecho con les medidas y afirma que han permitido una revitalización del crecimiento. Efectivamente, el pueblo portugués no parece estar quejándose, pero, paradójicamente, las medidas han tenido consecuencias devastadoras en los sectores clave del país, entre otros la salud y la educación. La realidad de las cifras es muy diferente de la vida cotidiana.

¿Los países recuperándose económicamente?

Al observar las cifras, la situación se ha mejorado, las medidas de austeridad han sido un éxito y lo peor ya ha pasado. Según las previsiones de la Comisión europea, este año aumentará el PIB en un 1,6 %, a diferencia de una caída en un -1,6 % en 2013, y habrá una reducción tanto del paro (hasta un 13,4 %, lo que corresponde a un descenso de 3 puntos) como del déficit público. 

Cuadro de previsiones para Portugal – Fuente: Comisión Europea
Los cálculos de estas cifras merecen un vistazo más de cerca. En cuanto al paro, las cifras incluyen todo tipo de empleo, también las capacitaciones para los solicitantes de empleo. Ahora bien, cada vez menos gente se inscribe en oficinas de empleo, por desesperación. Así, en contraste con estas cifras, la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP) indica una tasa de desempleo de un 25 %. Además, se añade a eso el riesgo de pobreza, que afecta a casi un 19 % de la población. 

Frente a esta situación, miles de jóvenes se van del país. La mayoría estudia en Portugal, donde viven sus padres, y la calidad de la enseñanza superior se revela buena y cada vez más reconocida a nivel europeo. Pero una vez obtenidos los títulos, ingenieros, economistas, enfermeros y otros jóvenes profesionales se van a países como Francia, Reino Unido y Alemania para encontrar un empleo en el que sus competencias serían más valorizadas. Pero no son los únicos. En 2013 emigraron más de 110 000 portugueses. Hoy, un 20 % de la población no reside en su país de origen. Además, según un estudio realizado por el observador Cetelem, un 74 % de los que se quedan constatan que su situación financiera se ha empeorado durante los 5 últimos años. 

A estas medidas se añade la privatización masiva de empresas. En el sector de la electricidad, un 21 % de EDP (Energías de Portugal) y un 40 % de REN (Redes Energéticas Nacionais) ahora pertenecen a compañías chinas y omaníes. También, el 100 % de los servicios postales han sido privatizados, y los aeropuertos – y más recientemente la compañía aérea nacional TAP – se han incorporado a las filas de la francesa Vinci. Además, el gobierno ha puesto en marcha el proceso de privatización del agua y de los transportes públicos, cuyosprecios siguen aumentando. 

Ejemplo de la gama de tarifas de los transportes públicos en Lisboa – Fuente: www.carris.pt
Así, no resulta asombroso que Amnistía Internacional incluyó en su informe anual el impacto de las medidas de austeridad en la vida de los portugueses. La ONG sostiene que Portugal debe proteger los derechos de los grupos más vulnerables, y además llama la atención al juicio del Tribunal constitucional, que declaró inconstitucionales ciertas medidas en 2013. A eso se añade la situación de las comunidades de gitanos, de refugiados y de solicitantes de asilo, y también la violencia doméstica contra las mujeres y los derechos de la comunidad LGBT. 

Una sociedad al borde de la quiebra

Portugal también está en retroceso en cuanto a los derechos de la mujer. Si el aborto se legalizó en 2007 por referéndum, el parlamento tardó ocho años antes de votar el seguimiento psicológico de las mujeres que quieren un aborto. Por consecuencia, hoy objetores de consciencia están presentes en las consultas. Asociaciones afirman que mediante estos cambios, se pueden retrasar los procesos hasta que se rebase la fecha límite legal del aborto.

También en el sector de la salud, un reportaje del canal de televisión portugués TV1 expuso en febrero las condiciones de los pacientes en los servicios de urgencia de los hospitales más importantes del país, tanto en Lisboa como en otras partes. La falta de espacio, la falta de comida – las condiciones son deplorables en un país que se considera desarrollado. Un testigo menciona la falta de camas, y las llamadas al 112 que ya no tienen nada que ver con la urgencia, pues a veces la gente debe esperar hasta dos horas antes de que alguien responda. En promedio, los pacientes en las urgencias deben esperar entre cuatro y seis horas antes de la primera observación. 

Hay más o menos 200 pacientes al día, y apenas dos enfermeros por la mañana, dos por la tarde y dos por la noche en ciertos hospitales. Estas cifras irrisorias son el resultado de la falta de personal, atribuible a la emigración masiva al extranjero, alentada por la bajada de subvenciones estatales. En 2015, el gobierno aumentó ligeramente los medios, pero todos los testigos del reportaje consideran que dista de ser suficiente para romper el círculo vicioso. 

Por su parte, la educación es el segundo sector más afectado por las medidas de austeridad. Una fuerte reducción del número de profesores trae inevitablemente consigo un aumento de la carga de trabajo para los que se quedan, y un empeoramiento de las condiciones de la educación. En cuanto al contenido, las asignaturas del arte y del deporte son cada vez más marginadas y la calidad de la enseñanza ha disminuido de forma general. 

¿Elecciones portadoras de cambios?

El 4 de octubre de 2015 tendrán lugar las elecciones legislativas en Portugal. Frente a la situación actual en el país, muchos partidos se han formado durante los tres últimos años: el Movimiento Alternativo Socialista, Libre/Tiempo de Avanzar, Juntos Para el Pueblo, Partido Democrático Republicano, Nosotros Ciudadanos! y por fin, el Partido Unido de Reformados y Pensionistas. Esos cuatro últimos partidos se han creados este año, con miras a las elecciones legislativas. Entre ellos, dos se reivindican de izquierda (MAS y L/TDA), dos de centro (JPP y NC) y uno solo de derecha (PDR), mientras que el PURP no quiere adoptar ninguna postura oficial, ya que su objetivo es defender los intereses de todos los jubilados y pensionistas, independientemente del signo político. La proliferación de nuevos partidos es sintomática de la necesidad de renacimiento en la escena política. Así, hay agrupaciones de personas de todos los bordes políticos con nuevos nombres, proponiendo toda alternativa posible a la situación actual.

Pero este corriente no lleva a los portugueses. En la última encuesta, el 7 de julio, el PS y el PSD/CDS-PP, que se reivindican respectivamente de izquierda y de derecha, tienen por ellos solos  a su favor un 71,3 % de los votos, el PS tomando ventaja.  Después, con un 10,2 %, sigue la CDU: la Coalición Democrática Unitaria, un partido formado por el Partido Comunista Portugués y el Partido Ecologista.  El Bloco de Esquerda cierra la flota con un 4,8 % significativo. Así, aunque se puede observar una voluntad de transferencia hacia la izquierda, los portugueses prefieren moderación con el Partido socialista, en lugar de seguir el flujo griego y español, optando por partidos alternativos. 

Los candidatos del PS y de la coalición PSD/CDS-PP – Crédit: DR
Passos Coelho, en cabeza de la coalición PSD/CDS-PP, confía en su grupo, a pesar del reciente retroceso en los sondeos. Sigue llamando la atención sobre los aspectos positivos de las medidas que ha impuesto al país y hace hincapié en el papel del “buen alumno” de Europa frente a la austeridad. También agradece al pueblo portugués por los sacrificios que ha hecho durante los últimos años. Por parte del Partido socialista, António Costa se basa en los fracasos del PSD/CDS-PP para descreditarlo. Presenta sus propuestas no como medidas de austeridad sino como una política que “concilia rigor y recuperación”. En cuatro años el partido quiere “aumentar los rendimientos disponibles a las familias, resolver el problema de financiación de empresas y promover el empleo, luchando contra la austeridad”. 

Así, falta por ver sobre cual realidad se concentrará el nuevo gobierno: aquella de las cifras o la otra de la vida cotidiana de los portugueses.