Amenazas de Pyongyang: Corea del Sur se une a los Estados Unidos

Laurine Benjebria, traducido por Fanny Lutaud
12 Mars 2015



Desde hace más de cincuenta años, la política exterior de Corea del Sur es ampliamente dominada por su diplomacia con Estados Unidos y Corea del Norte. Las relaciones intercoreanas están marcadas por tensiones importantes. En efecto, una frontera terrestre única de 238 kilómetros con estructuras militares permanentes separa ambos países. Estados Unidos desempeña un papel importante en las relaciones de la península coreana: está en el centro de varias operaciones militares y de inteligencia que influyen en la diplomacia coreana. Además, Estados Unidos es el mayor socio comercial de Corea del Sur, que constituye un mercado importante para los productos agrícolas procedentes de Estados Unidos.


Crédito: DR
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Después de la guerra de Corea, las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Corea del Sur se reforzaron. Ambos países firmaron una primera alianza militar en 1953. Dicho acuerdo estableció la presencia de casi 29000 soldados de las fuerzas armadas estadounidenses en Corea del Sur de manera permanente. Además, desde unas décadas existe una división militar conjunta entre Estados Unidos y Corea del Sur para llevar a cabo operaciones militares en la península coreana. El Mando de las Fuerzas Combinadas se instauró después de la guerra de Corea en 1978. Los soldados están autorizados a hacer maniobras militares bilaterales con el objetivo de impedir una eventual invasión norte coreana. El mando de cuyas maniobras es algo proprio de Estados Unidos. Desde hace más de cincuenta años, las operaciones militares que se organizan a lo largo de la zona desmilitarizada entre las dos Coreas se hicieron bajo el mando directo de Estados Unidos.

La alianza militar surcoreana y estadounidense estipula que en caso de guerra, Estados Unidos ejerce el mando militar de Corea del Sur. Más concretamente, dichas operaciones anuales se componen de dos maniobras: la maniobra “Key Resolve”, conjunto de simulaciones informáticas que duran una semana, y la operación anual “Foal Eagle” que moviliza al ejército, las fuerzas Aéreas así como la Marina durante ocho semanas consecutivas.

Estas maniobras militares conjuntas que se realizan anualmente tienen un fin únicamente defensivo, pero Corea del Norte les considera como provocadoras. En 2007, se firmó un acuerdo entre Estados Unidos y Corea del Sur con el fin de prever la disolución del Mando de las Fuerzas Combinadas en abril del 2012, vencimiento que se aplazó luego al año 2015. Sin embargo, ha llegado el año 2015 y los dos países todavía tienen la intención de continuar sus maniobras. Además, el 16 de enero, Estados Unidos y Corea del Sur inauguraron oficialmente su nueva división militar conjunta encargada de las operaciones en tiempo de guerra.

La creación de esta nueva división contesta a las diferentes amenazas norte coreanas que multiplicaron en el año 2014, particularmente con los ataques cibernéticos que sufrieron los estudios Sony Pictures Entertainment. Según el acuerdo firmado entre Washington y Seúl, en tiempo de guerra, el Estado Mayor conjunto controlará una división de infantería así como una brigada mecanizada surcoreana. El Mando de las Fuerzas Combinadas no parece estar disolviéndose y las relaciones militares entre Estados Unidos y Corea del Sur se refuerzan alrededor de la península coreana.

Unos esfuerzos de conversaciones de parte de Pyongyang

Estas últimas semanas, la RPDC (República Popular Democrática de Corea) hizo numerosos esfuerzos de negociación con respeto a Corea del Sur y de Estados Unidos, principalmente para salir de su aislamiento económico y diplomático que pesa mucho en las finanzas del país. En efecto, desde inicios de enero, Washington ha decidido reforzar las sanciones financieras respecto a Corea del Norte después de los ataques cibernéticos contra Sony Pictures Entertainment Inc. Por el momento, las sanciones financieras instauradas contra Corea del Norte tuvieron un impacto limitado, pero las nuevas sanciones podrían crear reacciones de apertura por parte de Pyongyang. Es de notar que dichas sanciones financieras fueron previamente eficaces contra otros países como Rusia e Irán. Así, el 9 de enero, Corea del Norte ofreció suspender temporalmente sus ensayos nucleares si Estados Unidos  paraba sus maniobras militares con Corea del Sur, una propuesta que rechazó Washington.

Sin embargo, las maniobras militares conjuntas previstas en febrero serán aplazadas más tarde en el año en respuesta a la oposición de Pyongyang. El ministro surcoreano de la Unificación, Ryoo Kuhl-Jae, anunció estar dispuesto a reunirse con representantes de la RPDC con el objeto de debatir la reunificación de las familias separadas por la guerra así como los eventos organizados en honor del 70 aniversario de la división de la península coreana. Hay que recordar que el último encuentro oficial entre ambos países  fue en febrero del 2014. Este encuentro tenía como  objetivo el establecimiento de negociaciones a propósito de la reunificación de estas familias separadas por la división de las dos Coreas. Dichas negociaciones se rompieron rápidamente a causa de una mayor tensión militar dentro de la península.
Soldado surcoreano patrullando por la frontera con Corea del Norte. Crédito Jung Yeon-Je / AFP
Soldado surcoreano patrullando por la frontera con Corea del Norte. Crédito Jung Yeon-Je / AFP

La desnuclearización de la península coreana, un desafío importante

Desde el año 2003, Corea del Norte dispone de un programa nuclear. Desde entonces, multiplica los ensayos nucleares con el objetivo de intimidar a los países limítrofes. Actualmente, en el marco de la desnuclearización de la península coreana, Corea del Sur, China y Estados Unidos están ampliando su cooperación. El ministro surcoreano de Asuntos Exteriores quiere impedir que el programa nuclear de Corea del Norte pese en las relaciones inter coreanas. La mejora de estas relaciones favorecería entonces el programa de desnuclearización de la península. A tal fin, Corea del Sur propuso mantener discusiones entre las dos Coreas a principios del 2015, para abordar todos los problemas a propósito de la península y evitar al mismo tiempo un cuarto ensayo nuclear de la RPDC. Corea del Sur sugirió también reiniciar las negociaciones con las seis partes (Rusia, Estados Unidos, China, Japón y las dos Coreas) que se iniciaron en agosto del 2003 y que están  atascadas desde hace siete años. 

El 28 de enero del 2015, los emisarios nuclearios estadounidenses, surcoreanos y japoneses se reunieron  en Japón con el fin de retomar las negociaciones con la RPDC. Durante une rueda de prensa, Sung Kim, el representante especial de Estados Unidos para los asuntos de Corea del Norte declaró que la RPDC “necesita demostrar, de una manera concreta, su compromiso con la desnuclearización antes de que podamos reanudar las negociaciones seriamente”.

Informaciones militares en el centro de las relaciones internacionales

Corea del Sur, Japón y Estados Unidos decidieron conjuntamente elaborar una red de inteligencia militar entre los países para vigilar los potenciales ensayos nucleares de Corea del Norte. Así, un acuerdo trilateral entró en vigor entre los tres países a finales de diciembre del 2014. Este acuerdo garantiza el comparto de inteligencia militar, especialmente acerca de las amenazas nucleares o balísticas hechas por Corea del Norte.

Según el acuerdo firmado en 1987 entre Seúl y Washington, y luego entre Tokio y Washington, Japón y Corea del Sur no intercambiarán ninguna información. El comparto de inteligencia se hará solo mediante Estados Unidos y con el consentimiento de los dos países. Dichas informaciones serán tanto para las amenazas visuales y orales como escritas procedentes de Pyongyang.

Tensiones en las relaciones surcoreanas y estadounidenses

Estados Unidos y Corea del Sur también tienen unas relaciones militares con tensiones y errores militares. Con el Status of Forces Agreement, los soldados estadounidenses benefician de un privilegio de extraterritorialidad, estatuto que  cubre también a los soldados surcoreanos. En otros términos, los casos judiciales que involucran soldados estadounidenses presentes en Corea del Sur no se juzgan por tribunales surcoreanos sino estadounidenses, y viceversa para los soldados surcoreanos. Sin embargo, gran parte de la población surcoreana critica el acuerdo, y denuncia los actos delictuosos de numerosos soldados estadounidenses que quedaron impunes.

La reciente desclasificación de documentos militares estadounidenses incluyó de nuevo al orden del día las exacciones cometidas por los G.I durante la guerra de Corea, que son desde hace cincuenta años une fuente de tensiones entre ambos países. El auge cada vez más importante de la potencia económica china en la península coreana causa riesgos adicionales en las relaciones entre Estados Unidos y Corea del Sur. En efecto, la influencia estadounidense podría disminuir si las relaciones diplomáticas y judiciales no son replanteadas y reforzadas.

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