Azerbaiyán, petróleo y derechos humanos

Marine Betrancourt, presidente del AEGEE-Lyon, traducido por Nadia Ait Mhamed
6 Mars 2015



En los últimos años, Azerbaiyán parece haber salido de la penumbra de su lejano Cáucaso. Poseedora de ricos recursos naturales, y dirigida con un puño de hierro desde hace varias décadas por el clan Aliyev, la pequeña república aprovecha cada oportunidad para conseguir una visibilidad internacional y mostrar su mejor rostro al resto del mundo.


Crédito Reuters
Crédito Reuters
En 2011, todas las miradas se tornaron hacia Bakú, su capital, dado que acogía el Festival de Eurovisión. Para esta ocasión, el centro de la ciudad fue totalmente renovado. Oficialmente, se gastaron 76 millones de dólares, pero según las estimaciones el coste real se situaría entre 277 y 721 millones de dólares. Se suponía que el evento desvelaría una nueva cara del país, la de un estado viviendo en la modernidad de su tiempo, lejos de la imagen que le está persiguiendo de un estado poco democrático donde las desigualdades quedan flagrantes y donde los derechos humanos no se respetan, sin olvidar el conflicto territorial con Armenia sobre el Nagorno-Karabaj.
 
En junio de 2015, Bakú volverá al centro de la atención para los primeros Juegos Europeos y el gobierno de Aliyev hace todo lo posible para acallar las críticas.

Azerbaiyán y Europa, una política con doble sentido

Desde mediados de los años 1990, Azerbaiyán se ha estratégicamente abierto al resto del mundo. En 1999, firmó el Acuerdo de Colaboración y Cooperación con la Unión Europea que sienta las bases de una cooperación económica, social, financiera, civil, científica y cultural. La idea era llevar Azerbaiyán hacia una democracia y economía de mercado mayores, desde una perspectiva de intereses mutuos.
 
En 2003, mientras la Unión Europea concluía las negociaciones sobre la primera gran ampliación, el problema de la Estrategia de Seguridad Europea se incluyó en el debate. Estas negociaciones se perfilaron como una necesidad para la UE de asegurar y “fomentar un anillo de países bien gobernados al Este de la UE, como el área mediterráneo con el cual hay que mantener una relación basada en la cooperación.”
 
Esto condujo a la política de vecindad en 2004, en la cual Azerbaiyán jugó un papel clave para asegurar el abastecimiento energético. Rico en petróleo y en recursos naturales descubiertos en el mar Caspio, así como de su posición estratégica como país de transferencia, ofrece a la UE una ruta alternativa en esta región.
 
La Asociación Oriental de la UE con Azerbaiyán, Armenia, Georgia, Moldavia, Ucrania y Bielorrusia tiene como objetivo mejorar las relaciones políticas y económicas de estos seis países postsoviéticos que revisten una importancia estratégica. En este contexto, Azerbaiyán se comprometió públicamente, como en sus tratados pasados, a mejorar su proceso democrático y la situación de sus derechos humanos para una futura cooperación con la UE. 

La fiebre del oro

Al mantener y al mejorar su cooperación, las dos partes tienen como objetivo a largo plazo conservar buenas relaciones, cada una en interés propio. Azerbaiyán sigue siendo la principal alternativa a Rusia y a Irán en el abastecimiento en recursos energéticos del mar Caspio y de Asia Central para el continente europeo.
 
La Unión Europea aplica hacia Azerbaiyán una política realista basada en la economía. Un cambio en la política azerbaiyana actual significaría para la UE la necesidad de refundir la estrategia que mantiene con Bakú. Sin por ello sobrentender que la Unión Europea cierre los ojos ante la falta de democracia y la situación deplorable de los derechos fundamentales en Azerbaiyán, la necesidad de recursos energéticos en las circunstancias actuales es de manera tal que la batalla se juega más allá de los regímenes políticos.
 
Si bien todos los tratados y asociaciones firmados con la Unión Europea invitan Azerbaiyán a aspirar hacia un Estado de derecho democrático basado en el respeto de los derechos humanos, y aunque el país es miembro del Consejo de Europa desde 2001 – suponiendo entonces que Bakú se haya comprometido a respetar el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos – la situación actual sigue siendo deplorable.
 
En 2013, durante las últimas elecciones parlamentarias, fueron detenidos numerosos activistas a favor de los derechos humanos. Si bien numerosos actores internacionales observando el desarrollo de las elecciones hayan notado múltiples incumplimientos a un proceso democrático sano, y aunque la Unión Europea y El Consejo de Europa condenan frecuentemente la situación en Azerbaiyán, Aliyev le presta escasa atención, consciente de su poder, prefiriendo justificar la situación actual a sus nacionales por la situación de guerra en la que se encuentra Azerbaiyán con Armenia.  
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