Suecia: los refugiados necesitan poder empezar desde cero

Timothée de Rauglaudre, Traducido por Anne-Claire Vorain
30 Janvier 2016



Suecia se destaca en el plano internacional por su política generosa y relativamente eficaz en la acogida de los solicitantes de asilo. A la hora de la crisis de los refugiados que agita Europa, la sociedad civil se moviliza y el gobierno lucha para conservar la ejemplaridad del sistema de asilo.


Crédito Loulou d'Aki
Crédito Loulou d'Aki
Con relación a su población, Suecia es el país europeo que más acoge refugiados dentro de sus fronteras. Está en la novena posición a nivel mundial. Frente a la crisis reciente de los refugiados, el gobierno ha calculado que este año, sería capaz de acoger al menos 150.000 solicitantes de asilo. Solo durante estas últimas semanas, entre 6.000 y 7.000 personas han presentado su solicitud de asilo en Suecia, según cuenta la Migrationsverket (Agencia sueca de las migraciones). Explica: « Hay muchas razones por las cuales los refugiados vienen a Suecia. Una de ellas es que varias diásporas viven aquí, por eso eligen ir a encontrar un pariente o un amigo ».

Al igual que Alemania, el país escandinavo cuenta con varias comunidades sirias instaladas desde hace mucho tiempo, particularmente kurdos de Siria. Suecia fue el primer estado europeo que otorgó en el 2013 un permiso de residencia a todos los que huían de la guerra civil de Siria.

“Empezar desde cero”

Pero lo que atrae ante todo los refugiados es la generosidad y la eficacia que caracterizan el sistema de acogida sueco. “Sueca tiene buena reputación internacional en materia de gestión de refugiados, gracias a su alto nivel de Estado de Derecho”, destaca la Migrationsverket. “La acogida de los solicitantes de asilo es de muy buena calidad”. Después de haberse registrado ante la Migrationsverket, a los recién llegados se les da comida y se les aloja en centros de acogida a través del país, mientras se trata su solicitud de asilo, que dura en general de 6 a 7 meses. Durante este tiempo, benefician de una enseñanza gratuita de la lengua y de la cultura, así como una formación profesional para facilitar su integración en la sociedad sueca. Mientras que los niños son escolarizados desde su llegada, los adultos pueden empezar a trabajar inmediatamente, lo que es un caso único en Europa. La naturalización se puede solicitar después de 4 años de residencia en el territorio sueco.

Nasser Mosleh - Crédito Ophélie Marillot
Nasser Mosleh - Crédito Ophélie Marillot
Nasser Mosleh, líder de grupo del Miljöpartiet de gröna (Partido del medioambiente – el partido Verde) al seno de la municipalidad de Umeå, la primera ciudad de la mitad norte del país, explica el espíritu de hospitalidad que demuestra su país: “En Suecia, y particularmente en nuestro partido, queremos dar la posibilidad a los que no están en seguridad en su país de origen de volver a empezar de cero y de poder sentirse como en su hogar”.

La integración ante todo

En Umeå, ciudad dirigida por una coalición “rojo-verde”, los refugiados acogidos no eran numerosos hasta hace poco. “Desde hace dos meses, la ciudad está bajo contrato con la Agencia: vamos a acoger a 480 refugiados por año”, explica Nasser Mosleh. Los recién llegados, una vez registrados en la Migrationsverket local, benefician de un proceso de integración llamado Viva introduktion, propuesto por la municipalidad. Mientras los jóvenes siguen un programa de integración de 6 semanas que incluye la enseñanza de la lengua sueca y un “cursillo de integración”, los adultos pueden seguir el programa “Swedish for Immigrants” (“Sueco para inmigrantes) que proporciona una base de conocimientos de la lengua sueca, así como de las particularidades de la vida cotidiana en Suecia, tanto en el medio social como en el profesional.

“Refugees Welcome”

Crédito Grön Ungdom
Crédito Grön Ungdom
Frente a la crisis de los refugiados que desgarra a Europa, la sociedad civil sueca se moviliza. La organización de juventud vinculada al Miljöpartiet de gröna, Grön Ungdom (Juventud verde), organizó el mes pasado unas agrupaciones a través de todo el país en apoyo a los refugiados. En Umeå, el “Refugees Welcome” (“Bienvenidos refugiados”) ocurrió el 13 de septiembre, el día anterior al viaje del primer ministro Stefan Löfven a Bruselas, para evocar la crisis de los refugiados. El Grön Ungdom, que preconiza ”una Sueca abierta y sin fronteras” según Khalil Karimi, portavoz de la organización en la provincia de Västerbotten donde está Umeå, quería hacerle saber al jefe de gobierno y a sus homólogos europeos que los suecos apoyaban una “Europa humana”. Evocó el imperativo solidario y la “responsabilidad común” de los países europeos. El evento, que juntó a casi 2.000 personas, “ha tenido un éxito muy importante”, asegura Nasser Mosleh. “No esperábamos que vinieran tantas personas”.

16 otras asociaciones se agregaron al proyecto, desde Save the Children hasta la Cruz Roja sueca, incluyendo organizaciones religiosas, musulmanas y cristianas. La directriz de la universidad de Umeå, que también apoyaba el proyecto, dijo que estaba impresionada por la cooperación entre las organizaciones de juventud, cuyos representantes de todas las opiniones políticas, menos la de la extrema derecha, estaban presentes, un caso único en el país. Desde entonces, el proyecto inicialmente limitado a una agrupación puntual sigue viviendo a través de redes de voluntarios que organizan, por ejemplo, la acogida de los refugiados en estaciones o aeropuertos. Si la Unión Europea votó el 22 de septiembre - y a pesar de la reticencia de algunos países - la repartición en dos etapas de 120.000 solicitantes de asilo en Europa, las cosas aún no se mejoran . Según Khalil Karimi: “Las puertas siguen cerradas, como en Grecia”.

Un incremento sobresaliente del número de los menores no acompañados

Pese a su buen desarrollo, el sistema de asilo suecoaún debe enfrentarse a nuevas dificultades. La Migrationsverket ha registrado este año un incremento sobresaliente del número de menores no acompañados entre los refugiados, en comparación al año 2015. Para ayudar a las municipalidades desbordadas, el gobierno anunció en septiembre un presupuesto adicional de más o menos 150 millones de euros. “Durante las pasadas dos semanas, la Agencia reorganizó su equipo de manera a registrar los menores en prioridad”, explica la Migrationsverket. “Pero es importante recordar que muchas otras organizaciones públicas trabajan con los menores no acompañados, como los servicios sociales y las municipalidades locales”.

Crédito Grön Ungdom
Crédito Grön Ungdom
En Umeå, la sociedad civil está afectada por este nuevo aspecto del fenómeno migratorio. “Grön Ungdom defiende una mejor acogida de los menores no acompañadosy está a favor de las escuelas adaptadas y de las familias de acogida formadas e informadas”, asegura Khalil Karimi. “La municipalidad firmó un acuerdo para acoger menores no acompañados, pero el número está bajo en proporción a la población, comparándolo a otras ciudades de la región como Skellefteå”. Esta baja cifra se justifica por las dificultades de acceso a la vivienda que encuentran los habitantes.

La extrema derecha “elabora una imagen falsa de los refugiados”

Según un estudio hecho hace poco, el partido de extrema derecha Sverigedemokraterna (Demócratas en Suecia), que denuncia el hecho de que la generosidad del sistema de asilo amenazaría el modelo social y cultural sueco, encabezó por primera vez las listas, con 25 % de las intenciones de voto. Khalil Karimi señala que sus únicos temas de campaña tratan de los refugiados.

Los Demócratas de Suecia han elaborado una imagen totalmente falsa de los refugiados para que los suecos les tengan miedo ” explica Nasser Mosleh. “Les han hecho creer que acogiendo a los refugiados, la economía sueca se desplomaría”, denuncia. “Pero no fue el caso, porque el gobierno tiene un presupuesto especial para la causa humanitaria, normalmente utilizado para ayudar a los países en desarrollo, por ejemplo con el financiamiento de construcción de escuelas y hospitales en África. Es este presupuesto que utilizamos para acoger a los refugiados”.

“Un reto importante”

A pesar de todo esto, el gobierno está sometido a presiones y no lo niega. “Estamos orgullosos de nuestra historia pero tenemos también que ser honestos: el número actual de refugiados solicitantes de asilo en Suecia es un importante reto”, admite el ministro de Justicia y de Inmigración, el socio-demócrata Morgan Johansson. “Encontrar viviendas y refugios es particularmente urgente, y actualmente las autoridades suecas han de utilizar lugares de emergencia, como centros deportivos, para acoger a los solicitantes de asilo. Suecia será capaz de gestionar esta situación, pero esto necesitará esfuerzos considerables por parte del gobierno, de las municipalidades y también de los actores cívicos”.

Tras la adopción del mecanismo de repartición de los refugiados en la Unión Europea, en la cual Suecia fue “uno de los principales arquitectos”, el ministro afirma que “la Unión Europea tiene que establecer un mecanismo permanente y obligatorio de redistribución a largo plazo”, lamentando el hecho de que “en estos momentos, una pequeña parte de los miembros de la Unión Europea tiene la responsabilidad de una parte desproporcionada de la carga”.

En cuanto a la emergencia reciente de la extrema derecha, Morgan Johansson no cree que sea pertinente de asociarla a un descenso de solidaridad entre los suecos: “Lo que vemos en estos momentos, es que una clara mayoría del pueblo sueco está a favor de una política de asilo humana. Es un cambio significativo, al cual me alegro asistir. Creo que el fundamento real de la emergencia de unos nuevos grupos de extrema derecha es el desempleo y las diferencias económicas entre los grupos. Cambien el desempleo y la injusticia económica y estos movimientos perderán su poder”.

Notez