Vuelta al mundo por los estados no reconocidos por la ONU

Marine Mulcey, traducido por Romane Parnet
9 Juillet 2015



Hoy por hoy, la ONU cuenta con 193 estados miembros de los 197 que reconoce. El Vaticano y el Estado de Palestina solamente son miembros observadores, mientras que las islas Cook y Niue no son Estados miembros porque están en libre asociación con Nueva Zelanda. Otras entidades también aspiran a ser reconocidas como estados de pleno derecho. ¿De cuales se trata? ¿Cuáles son los retos de un tal reconocimiento?


Créditos: Mélanie Lorrain
Créditos: Mélanie Lorrain
Según la ONU, “El reconocimiento de un nuevo Estado o Gobierno es un acto exclusivamente atribuido a otros Estados y Gobiernos. Las Naciones Unidas no son un Estado ni un Gobierno, y por lo tanto, no tienen la autoridad para reconocer un Estado o Gobierno.” Para ser miembro de la organización, el estado candidato debe presentar una solicitud al Secretario General y una carta en la cual acepta todos los términos de la Carta. Después de eso, su solicitud es examinada por el Consejo de Seguridad, antes de ser sometida a un voto por los 193 miembros. Sudán del Sur es el último Estado que integró la organización en julio de 2011, después de separarse de la República de Sudán, lo cual puso fin a décadas de guerra civil. Muchos otros países aspiran a convertirse en Estados de la ONU pero todavía no son reconocidos. ¿Cuáles son?

Kosovo

Créditos: Herji
Créditos: Herji
En 1999, la región de Kosovo pasó a estar bajo administración de la ONU gracias a la resolución 1244 del Consejo de seguridad, con el objetivo de mantener la paz en la región, después de la guerra con Serbia. Kosovo, territorio serbio cuya población es predominantemente albanesa, decidió declarar su independencia en el 2008. A fecha de hoy, Kosovo es reconocido por 110 Estados miembros de la ONU y por Taiwán. Existen muchos retos detrás de esta independencia e incluso dentro de la Unión Europea. El reconocimiento de Kosovo es un problema para algunos que temen legitimarlos, ya que ellos también tienen movimientos separatistas importantes en sus propios territorios. Es el caso de España con sus regiones vasca y catalana.

Diciembre de 2008: EULEX Kosovo, la misión civil de la Unión Europea para promover la autonomía de Kosovo, propone la partición de la región entre serbios y albaneses para poner fin al conflicto, con el consentimiento de Moscú y de Belgrado, de la Unión Europea y de los Estados Unidos. Kosovo todavía no es miembro de la ONU porque dos de sus miembros permanentes, China y Rusia, utilizan su derecho al veto y consideran ilegal la independencia de la región. Sin embargo, parece ser que Kosovo quiere unirse a Albania y no convertirse en un Estado soberano. Con la independencia de Montenegro, la separación de Kosovo significaría una segunda pérdida importante de territorio para Serbia. Esto es lo que complica tanto las negociaciones.

La República de Osetia del Sur y Abjasia

Se trata de las regiones secesionistas de Georgia. En los años ochenta, un corriente independista nació en las “Repúblicas de la Unión Soviética” como Georgia, Ucrania, Moldavia y Azerbaiyán. Para atenuar este movimiento, el gobierno soviético animó a los separatistas de algunas regiones a rebelarse contra sus gobiernos. Este apoyo hizo que los habitantes se enfrentaran los unos contra los otros. Otro objetivo que tenía era el de imponer las fuerzas soviéticas como árbitros. La República de Osetia del Sur y Abjasia son regiones que heredaron esta política. La autonomía de la República de Osetia del Sur, Óblast autónomo bajo la Unión soviética, fue revocada por Georgia tras la caída de la URSS, considerando a los habitantes de la República de Osetia del Sur como minoridad, y su autonomía como ilegitima. En 1991 estalló un conflicto armado entre la armada georgiana y las milicias osetias, apoyadas por la República de Osetia del Norte y Rusia. Este conflicto terminó en 1992 gracias al tratado de paz firmado entre Georgia y Rusia y también gracias a la declaración de independencia de la República de Osetia del Sur, el mismo año.

En 1992, estallaron nuevas hostilidades en Abjasia. Bajo las mismas condiciones que la República de Osetia del Sur, Abjasia se rebeló contra Georgia y declaró su independencia, apoyada por Rusia. El conflicto terminó en 1993 bajo la égida de Rusia.

En agosto de 2008, Georgia lanzó un ataque contra la República de Osetia del Sur para intentar recuperar el control del territorio. Mientras que el mundo centraba su atención en los Juegos Olímpicos de Pekín, los combates se extendieron hasta Abjasia y Georgia fue violentamente arrastrada y parcialmente ocupada por Rusia. El conflicto duró un mes y acabó con un alto el fuego. Hoy, las independencias de la República de Osetia del Sur y de Abjasia están reconocidas por Rusia, Nicaragua, Venezuela y por la isla de Nauru. Las islas Tuvalu y Vanuatu reconocieron sus independencias durante un corto periodo de tiempo antes de retractarse. El objetivo de la República de Osetia del Sur y Abjasia es unirse a Rusia como repúblicas autónomas a largo plazo. Sin embargo, Abjasia no ha declarado oficialmente su deseo de unirse a Rusia para no empeorar su relación con Georgia, pero el Kremlin afirma que “está listo para asegurar la seguridad de ambos Estados”. Además, proporciona pasaportes rusos a los habitantes de estas regiones.

Nagorno Karabaj

Esta región, situada entre Azerbaiyán y Armenia, con el 80% de la población constituida por armenios, declaró su independencia de Azerbaiyán en 1991, también apoyada por los soviéticos desde los años ochenta. Luego estalló una guerra, que causó miles de heridos y cientos de miles de refugiados en ambos lados de la frontera, hasta el alto al fuego firmado en 1994. Al igual que Kosovo, la República de Osetia del Sur y Abjasia, la estrategia de Nagorno Karabaj es obtener su independencia de Azerbaiyán para luego unirse a Armenia. Una reorganización geográfica que obligaría a Azerbaiyán a abandonar una parte importante de su territorio. Nunca se ha considerado la integración de Nagorno Karabaj como miembro de la ONU y solo tres entidades reconocen su independencia: Abjasia, la República de Osetia del Sur y Transnistria.

Transnistria, o República Moldava Pridnestroviana

Al igual que la República de Osetia del Sur, Abjasia y Nagorno Karabaj, Transnistria (RMP), ubicada entre Ucrania y Moldavia, entra en conflicto contra su madre patria, Moldavia, después del apoyo a los separatistas por parte de los Soviéticos. En 1990, cuando el gobierno moldavo decidió adoptar el rumano como lengua oficial del país (la tercera parte de la población habla rumano, la otra tercera parte habla ruso), las minoridades rusas y ucranianas presentes en la región temían una posible unión entre Moldavia y Rumania. En 1992, Rusia y Moldavia llegaron a un acuerdo. A pesar de su deseo de convertirse en enclave ruso, este acuerdo declaró a la RMP como región moldava autónoma a condición de que fuera oficialmente bilingüe (rumano y ruso) y que Moldavia olvidara la idea de unirse a Rumania. Hoy por hoy, la independencia de Transnistria solamente es reconocida por la República de Osetia del Sur, Abjasia y Nagorno Karabaj. El debate con respecto a una posible unión con Rusia fue reactivado después de la anexión de Crimea por Rusia.

Nueva Rusia o Unión de Repúblicas Populares

Nueva Rusia, bajo la influencia de Rusia, nació de la unión entre los antiguos Óblasts soviéticos de Donestk y de Lougansk en 2014, después de la crisis ucraniana. Esta parte del Sur de Ucrania se separó del país después de la anexión de Crimea por Rusia. Sin embargo no es reconocida ni por la ONU ni por Rusia. La crisis Ucraniana sigue estando de actualidad y el estatuto de la región sigue siendo incierto, así como el futuro de Ucrania.

República Turca del Norte de Chipre

Las razones de la secesión del norte de Chipre del resto de la isla se remonta a la guerra ruso-turca de 1877-1878. En esta época, Turquía le “alquilada” la isla al Reino Unido a cambio de que éste lo apoyara durante la guerra. A pesar de que la isla estaba bajo la autoridad británica, los chipriotes griegos reclamaron en varias ocasiones su unión a Grecia. El Reino Unido se negaba cada vez, diciendo que la isla siempre había formado oficialmente parte del Imperio Otomano. Después de años de instabilidad política, y de la independencia de Chipre en 1960, la parte Norte del país decidió declarar su propia independencia en 1983. Esta es reconocida solo por Turquía, y bloquea la entrada de Chipre en el espacio de Schengen, a pesar de su adhesión a la Unión Europea en el 2004.

República Árabe Saharaui Democrática

El Sahara occidental está ocupado por España pero los marroquíes reivindican su soberanía. En 1975, organizaron la Marcha Verde, una manifestación pacífica, para anexar este territorio. Después de la manifestación, España firmó los acuerdos de Madrid y decidió compartir el territorio entre Marruecos y Mauritania. En 1979, Mauritania firmó un acuerdo de paz con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y renunció a la parte de la región que le había atribuido España. En los años ochenta, Marruecos anexó la parte del Sahara occidental a la que Mauritania había renunciado y construyó el “Muro Marroquí”. Marruecos controla hoy el 80% del territorio de la RASD, a pesar del desacuerdo de la ONU que ve en esta situación una descolonización inacabada y de la Unión Africana que la considera como un Estado Africano.

Taiwán o República de China

En 1945, después de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, la República de China se apoderó de la isla, y el gobierno de Kuomintang se instaló allí en 1949 después de su derrota contra los comunistas chinos. La República de China ocupó la función de miembro permanente en la ONU hasta 1971 antes de ser reemplazado por la República Popular de China que reivindica su autoridad sobre la isla. Taiwán es reconocido hoy por hoy por 22 Estados sobre los 193 miembros de la ONU. Para la organización internacional, Taiwán es considerada como una provincia de la República Popular China, mientras que la República de China considera la isla suya, y reivindica el resto del territorio chino. Hoy, con la voluntad de mejorar su relación con la República Popular China, la República de China sigue reivindicando oficialmente su autoridad sobre el territorio, sin ninguna vehemencia.

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