Olivier Cadic, un senador al modelo británico

Fabien Aufrechter y Benoît Prevost-Voïta, traducido por Fanny Lutaud
27 Février 2015



Self-made man en la industria del software y luego de las historietas, Olivier Cadic es un hombre de negocios francés que escogió exiliarse en Gran-Bretaña. Senador UDI de los franceses que viven fuera de Francia desde las últimas elecciones, fue en el palacio de Luxemburgo en París que Olivier Cadic recibió al Journal International para compartir su mirada de francés sobre su país de residencia.


Credito DR
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No me fui a Inglaterra por elección sino por pragmatismo. Fue, en efecto, por su trabajo que Olivier Cadic dejó Francia. Su único objetivo era entonces ofrecer lo mejor y lo más competitivo a sus clientes. Frente al rechazo del Ministerio de Industria de tomar en cuenta sus obligaciones, para él, sólo Gran-Bretaña ofrecía un marco adaptado a la supervivencia de su empresa. Según sus propias palabras, sin querer provocar, asumo ser calificado de primer exiliado fiscal de Francia por los que prefieren estigmatizar en vez de entender. Mi partida solo era el resultado de mi compromiso empresarial, que se transformó más tarde en compromiso político.

Un senador en el extranjero

Vivir en el extranjero es un desafío permanente para un representante. Desde mi entrada en funciones, solo he dormido una vez tres noches consecutivas en mi casa del Kent. Sin embargo, pasé por Barcelona, Madrid, Copenhague, Vilna, etc. Hay que decir que el trabajo es difícil para un hombre que desea aportar una visión exterior sobre la política francesa. Esta posición es difícil, puesto que cada vez que critica la política de su país, el Gobierno y su mayoría gobernante acusan a Olivier Cadic de french bashing. Elegido desde hace ocho años por los franceses de Gran-Bretaña, el senador siempre se impidió pronunciarse públicamente sobre la política británica.

¿Un senador europeo, quizá internacional? Olivier Cadic reivindica serlo. Sin embargo, los obstáculos son numerosos. No siempre es fácil ser sometido al juego político francés estando en el extranjero, o superar los estereotipos. En realidad, lo más difícil es superar los clichés: los británicos siempre consideran que los franceses son arrogantes. Mi objetivo es ayudar a que los dos pueblos se entiendan. En efecto, hay mucha incomprensión entre ambas orillas de la Mancha. Eso se explica ante todo por una cierta ignorancia del otro, ya sea en Francia como en Gran-Bretaña.

Una voz anglosajona en el Senado

La cuestión escocesa, inglesa, Los británicos tienen sus propias problemáticas donde nosotros tenemos las nuestras, principalmente económicas. La diferencia reside en los prejuicios: por ejemplo, en Francia uno juzga que el sistema médico británico se sitúa por debajo de todo. Sin embargo, el NHS fue honrado durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos del 2012, lo que prueba que todavía es, con justeza, un sistema del cual los británicos están orgullos. A nivel político, Olivier Cadic se presenta como un europeo y un liberal en economía. Pero más allá de las divisiones políticas, se define primero como un francés en el extranjero, considerando que estos últimos son a menudo mal percibidos y que tienen que estar representados en el Parlamento.

Dicha necesidad de encarnación impone superar un desafío: hacer caer las fronteras, particularmente en Europa. Para Olivier Cadic el problema es recordar que los franceses en el extranjero todavía son franceses, que tienen un imaginario común y unos valores comunes: el francés en el extranjero a menudo se siente como el otro. Es un extranjero en su país de residencia, pero también lo es para sus compatriotas en Francia, apunta.

“Los británicos tienen corazón”

Como representante de los franceses en el extranjero, Olivier Cadic tiene que experimentar Gran-Bretaña diariamente con su punto de vista francés, y Francia con un ojo crítico pero también comprensivo del que ya no vive allí. Es con esta experiencia que considera que más allá de las imágenes preconcebidas, “los británicos tienen corazón. Las donaciones de los particulares son de aproximadamente 13 billones de euros, o sea casi tres veces más que las de los franceses. El Reino Unido es el primer excedente comercial de Francia desde hace más de cinco años. Quiero que los pueblos se conozcan más para apreciarse. Por lo tanto, hay que luchar contra los clichés que perduran únicamente a causa de nuestras diferencias culturales. Es por eso que siempre he estado en favor de un acercamiento entre las dos riberas de la Mancha. El símbolo más hermoso sería cumplir el sueño que algunos tenemos: crear un metro entre Calais y Ashford utilizando el túnel para crear una nueva generación de trabajadores transfronterizos.

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